martes, mayo 10, 2005

Delirio

Nadie tendió una mano esta noche.

Nadie tocó tu frente para desmentir la fiebre.

Nadie vino a ofrecer su consuelo en un vaso de leche caliente.


La mañana llega desdibujada, y los poemas

tiritan muertos entre lo que nunca podrás expresar.

Sólo las voces vienen a despertarte;

sólo la triste comparsa del delirio apaga a estas horas tu rutina.


Sí se acordaron de las dos pastillas

apoyadas contra el borde de tu cerebro.

Ellas, tus voces, gritan más alto para que no las tomes.

Pero recuerdas los muros estrechos

de un hospital con batas verdes,

y diluyes con agua la amenaza

mientras te preguntas si aún puede soñar

la otra mitad de tu mirada.

4 comentarios:

Fernando Díaz dijo...

De lo mejor que te he leido. Ya tengo linkada tu página. Feliz viaje común.

El paso del ciempiés dijo...

¡Gracias por el aliento!

Félix H. de Rojas / Félix Hernández de Rojas dijo...

Dale caña. Tienes mucho espíritu y versos por dictar compañera.

Nos vemos.

Fernando Díaz dijo...

Un placer...