miércoles, mayo 18, 2005

Lección de anatomía

Tomado de mi cocina literaria. Algunos cuentos los pienso y otros, como este, salen disparados ante un cuadro, una imagen, una palabra. Proceden de un lugar al que no tengo acceso. No sé si son mejores o peores, pero escribirlos es liberarme de algo.

Apoyada contra el tronco de un árbol, Albanta cerró los ojos un instante. Recordó el suave roce de las sábanas bajo su piel, la respiración pausada de un hombre a su lado. Un golpe de aire frío y húmedo la devolvió a la realidad. Tiró con fuerza de la espina clavada en su pie derecho y siguió caminando. Tenía que alcanzar el límite del bosque antes del amanecer, o todo estaría perdido para ella. Una punzada de dolor la hizo doblarse de pronto y caer al suelo. Tuvo una visión, Gabril tumbado en la fría mesa de mármol con el cuerpo rajado de arriba a abajo, los médicos dando una lección de anatomía. Ojalá todos ellos se pudrieran en vida, ojalá la carne se les vovliera blanda piel y se les cayera. En ese instante, y como había sucedido desde tiempos inmemoriales, un rayo cruzó el cielo e iluminó el camino de la bruja, mientras su maldición comenzaba a cumplirse. En la ciudad, los cirujanos que daban la lección de anatomía sobre el cuerpo de su amado dejaron a un lado los instrumentos, sintiéndose dioses por sus avances científicos. Ninguno de ellos imaginaba en ese momento que una extraña epidemia de lepra acabaría con sus vidas.

1 comentario:

Félix H. de Rojas / Félix Hernández de Rojas dijo...

Me gusta. A mi también me pasa lo mismo. Creo que forma parte del proceso de creación. Es el subconsciente que está tramando sus fechorías, que está rumiando nuevas transformaciones de estilo y sonsacando historias del pozo negro del yo.

Te recomiendo que persigas estas ideas, para que poco a poco, al madurarlas, puedas hacer nacer de ellas las verdaderas joyas.