domingo, abril 17, 2005

Despedida

Te paras delante del armario. Observas el brillo de la pintura blanca justo donde da la luz, la textura que las sombras provocan en las lamas. Cada una de ellas parece contener un año de tu vida. Empiezas a contarlas, pero no puedes pasar del veinte. Tiras del pomo, frío como la piedra; nunca había pesado tanto. El ruido de la puerta al abrirse se mezcla con unos pasos lejanos. No prestas atención. Te fijas en la chaqueta de lana, gruesos puntos color ciruela. Viste cómo tu abuela la tejía una y otra tarde, los ovillos encima del sillón, las piernas enfermas junto al brasero. Alargas la mano para quitar una pelusa, y al alcanzarla escuchas su voz pronunciando tu nombre, vuelves a ver su sonrisa y sientes que todo está bien. Otra vez los pasos en el salón; ahora no puedes ignorarlos. Cierras la puerta del armario y te preguntas quién es. Intentas salir de la habitación, pero la distancia parece demasiado grande, apenas puedes caminar. La luz que se enciende te hace daño en los ojos: sabes que alguien ha entrado en el cuarto, y sin embargo no puedes verlo. Quieres preguntar pero las palabras ya no te pertenecen, ahora tendrás que inventar otra forma de comunicarte. La luz se apaga y los pasos se alejan de nuevo. Te paraliza el timbre del teléfono, y escuchas por última vez la voz entrecortada de tu madre mientras la habitación se desdibuja:

- sí, mañana a las doce, en la iglesia de San Nicolás.

3 comentarios:

Félix H. de Rojas / Félix Hernández de Rojas dijo...

¿A qué se debe este pensamiento tristón?

Lo he leído, me gusta, pero si he entendido bien ella ha muerto joven. ¿Es así?

Me gustan las imágenes.

El paso del ciempiés dijo...

Efectivamente, ella ha muerto joven. Me apetecía jugar con la segunda persona y con las texturas, un estado donde ella está muerta pero sigue en contacto con este mundo y sus sentidos perciben todo de una formá muy intensa; como los vampiros del primer libro de Anne Rice, antes de que los escribiera como churros y perdieran calidad.

GVG dijo...

Me gusta, ambiente denso, se siente como el protagonista piensa al recorrer las estancias de la casa.